A LA MADRE MUERTA: No me canso de extrañarte

Recuerdos de mi Madre
Desde aquel día que partiste, me pregunté qué sería de mi vida, tal vez una veleta del destino, una nube sin rumbo fijo. Y como si esas palabras hubieran llegado a tus oídos, una noche me hablaste entre sueños y me vi entre tus brazos, entonces me dijiste: ³Hijo: hijo mío, no importa que no me veas, yo te contemplo desde el cielo, veo que a veces sufres, que sientes tristeza y soledad. Aférrate a lo que anhelas y jamás pierdas la fe, demuestra el valor ante las adversidades de la vida y construye tu felicidad’. Desde entonces, cada mañana aspiro el aroma matutino de la naturaleza, en cada momento tengo en mi mente presente tu imagen buena y sobre todo, recuerdo tus bellos consejos para nunca fracasar. Hoy que es 10 de Mayo vengo a adornar tu tumba, como tú adornabas mis prendas cuando me enseñaste a caminar, vengo a depositar estas flores como aquellas rosas que cortábamos juntos para llevarlas a la iglesia cuando me enseñabas a rezar. Vengo a llorar ante tu tumba como cuando llorábamos juntos al sentirnos golpeados por la vida y sentíamos soledad. Gracias Madre, he sentido tus dulces palabras amorosas que tantas veces me consolaron. Y a ti en el altar que tengo dedicado a tu memoria vivirás eternamente hasta que contigo y ante Dios nos volvamos a encontrar.



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